David Berkowitz, quien más tarde sería conocido como el "asesino del calibre 44" o el "Hijo de Sam", nació en Brooklyn el 1 de junio de 1953. Su madre, Betty Broder, que había crecido en el mismo barrio y pertenecía a una familia judía humilde, se casó en 1936 con Tony Falco. Tuvieron una hija, Roslyn, pero el matrimonio no funcionó y Tony la dejó por otra mujer.
Tiempo después Betty empezó una relación con un hombre casado llamado Joseph Kleinman. Tras quedarse embarazada e informar a Joseph de la situacion, Betty recibió un ultimátum: o se deshacía del bebé o Joseph terminaría la relación.
Ante esta disyuntiva, Betty decidió dar el bebé en adopción. A los pocos días de nacer, el pequeño fue adoptado por Nathan y Pearl Berkowitz, una pareja judía de mediana edad que vivía en el Bronx y no podía tener hijos.
David mostró una personalidad problemática desde su infancia. Era un niño solitario y acomplejado por su aspecto y se sentía diferente y poco agraciado. Mentía a menudo y tenía gran capacidad para inventar historias.
Sus compañeros de clase lo acosaban, pero él, grande y fuerte, se defendía con agresividad. Aunque tenía una inteligencia por encima de la media, enseguida perdió el interés por los estudios. También empezó a cometer robos, a provocar pequeños incendios y a sufrir ataques depresivos. Esta situación empeoró cuando su madre adoptiva murió de cáncer de mama en 1967.
David, que estaba muy unido a su madre, empezó a tener enfrentamientos más frecuentes con su padre, que se agravaron cuando este se volvió a casar en 1971. Berkowitz no soportaba a la nueva mujer de su padre y las discusiones eran continuas. Ese verano decidió alistarse en el ejército, donde permaneció tres años.
Regresó a casa en 1974, y tras comprobar que la relación con su padre seguía siendo muy mala, decidió localizar a Betty, su madre biológica. Tanto ella como su hija Roslyn se esforzaron por entablar una buena relación y al principio todo parecía ir bien, pero al cabo de un tiempo David dejó de relacionarse con ellas y de visitarlas sin dar más explicaciones.
Al parecer, el descubrimiento de la historia de su madre biológica y de cómo había sido abandonado resultó ser una información demasiado traumática que agravó su ya por entonces frágil estado mental.
Se mudó a un apartamento en el barrio de Yonkers y encontró trabajo como guardia de seguridad, pero empezó a escuchar voces (supuestamente demoníacas) que según él procedían del perro de un vecino y que le decían que tenía que matar. Tras un par de ataques fallidos a finales de 1975 en los que apuñaló a sendas chicas, tomó una decisión: se hizo con un arma de gran calibre y empezó a recorrer las calles en busca de su próxima víctima.
El primer ataque se produjo el 29 de julio de 1976. Dos jóvenes, Donna Lauria, de dieciocho años, y su amiga Jody Valenti, de diecinueve, estaban hablando en el coche de Jody cerca de la entrada del edificio de apartamentos de Lauria en el Bronx, cuando un hombre se detuvo al lado del vehículo, y sin mediar palabra, abrió fuego y disparó cinco veces. Jody recibio un impacto de bala en el muslo pero logró escapar con vida. Donna no tuvo tanta suerte y falleció de camino al hospital.
A este primer tiroteo se sucederían otros siete, todo ellos con un modus operandi similar: un hombre se acercaba sigilosamente a chicas jóvenes o parejas que estaban en sus coches y disparaba con un arma del calibre 44 (de ahí el nombre con el se le conoció inicialmente).
Pero Berkowitz no se limitaba a su búsqueda macabra de nuevos objetivos, sino que comenzó a dejar notas dirigidas a la policía en las escenas de sus crímenes y a escribir a los periódicos. En estas misivas explicaba que actuaba dominado por una fuerza demoníaca y que si bien no quería seguir matando, tenía que hacerlo. Se autodenominaba el "Hijo de Sam" y amenazaba con cometer nuevos asesinatos.
Tras una búsqueda angustiosa que duró más de un año y con una ciudad al borde de la histeria, David Berkowitz fue finalmente detenido el 10 de agosto de 1977. Una mujer que había salido a pasear con su perro se había fijado en la reacción violenta de un hombre a la multa de aparcamiento que había en su coche.
La descripción del sujeto, la hora y el lugar coincidían con el escenario del ataque más reciente del hijo de Sam, que se había saldado con la muerte de Stacy Moskowitz, de 19 años, y había dejado gravemente herido y casi ciego a su novio, Robert Violante, de 20.
Tras un interrogatorio de apenas media hora, Berkowitz confesó ser el autor de los asesinatos y se declaró culpable para así evitar la pena de muerte, vigente en aquel momento en el estado de Nueva York.
Aunque en testimonios posteriores habló de su relación con una supuesta secta satánica, llegando a afirmar que mataba obedeciendo órdenes de un perro poseído por un demonio milenario, y relacionó a otras personas con los asesinatos (entre ellas los hijos de su vecino de Yonkers, Sam Carr, a la sazón dueño del perro), la fiscalía rechazó el informe elaborado por los psiquiatras en el que se le describía como esquizofrénico paranoide, alegando que, si bien mostraba rasgos paranoicos, estos no inteferían en su capacidad para someterse a un juicio. Fue condendado a seis cadenas perpetuas consecutivas.
Actualmente se encuentra en el Centro Correccional de Shawangunk, en el norte del estado de Nueva York, tras pasar un tiempo en un hospital psiquiátrico y en otras prisiones, incluida la de Attica. Se convirtió al cristianismo y escribió un libro titulado Son of Hope: The Prison Journals de David Berkowitz.
También tiene su propio sitio web, donde se refiere a sí mismo como "exhijo de Sam". Además de contar la historia de su vida con sus propias palabras, ha escrito varios blogs y cartas en los que manifiesta remordimiento por lo que hizo, se distancia del satanismo y comparte sus creencias cristianas. Está muy involucrado en el ministerio de prisiones y regularmente asesora a reclusos problemáticos.
RECOMENDACIONES
Libro:
-The Ultimate Evil, Maury Terry.
Docuserie:
-Son(s) of Sam. (Netfix).
Serie:
-Mindhunter: 2ª temporada (Netflix).
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