El protagonista de este caso, Ivan Milat, asesinó a siete personas y secuestró a otra entre diciembre de 1989 y abril de 1992. Todas sus víctimas tenían entre 19 y 22 años y eran turistas que hacían autostop, por lo que fue apodado como “El asesino de los mochileros”. Su modus operandi era siempre el mismo: recogía a sus víctimas en su vehículo, las degollaba y las violaba para posteriormente dejar los cuerpos en el Bosque Estatal Belanglo, a 120 kilómetros de Sídney.
Ivan Robert Marko Milat nació el 27 de diciembre de 1945 en Guildford, Nueva Gales del Sur (Australia), en una familia muy numerosa. Era el quinto de catorce hermanos. Su padre, de origen yugoslavo, emigró a Australia tras la Primera Guerra Mundial y allí conoció a su futura mujer.
Ivan fue un niño normal, pero al llegar a la adolescencia comenzó a faltar a clase y a desarrollar una actitud rebelde, por lo que sus padres lo pusieron a trabajar en la construcción. De nada sirvió ese cambio de aires, porque con diecisiete años se convirtió en un delincuente. Empezó con pequeños robos, pero tras un breve período cometió sendos allanamientos de morada, lo que le llevó a pasar varios meses en una institución juvenil.
En 1970 fue acusado del secuestro de dos jóvenes y de la posterior violación de una de ellas, de 18 años. Sin embargo fue absuelto por falta de pruebas, se retiraron los cargos y no llegó a entrar en prisión. A mediados de 1985 se casó con Karen, pero el matrimonio no duró mucho tiempo. Ivan nunca estaba en casa porque trabajaba como camionero y peón en la construcción de carreteras, y además, las peleas eran continuas. El traumático divorcio precipitó los asesinatos. Seis meses después, Ivan comenzaría su historial de violencia y muerte.
El 20 de septiembre de 1992 unos jóvenes avisaron a la policía del hallazgo del cadáver de una chica en avanzado estado de descomposición en el bosque estatal de Belanglo. La policía cerró el área y comenzó a buscar pistas; pero la sorpresa fue mayor cuando dieron con otro cuerpo femenino.
Las víctimas fueron identificadas como Caroline Clarke y Joanne Walters, dos jóvenes inglesas que habían desaparecido en extrañas circunstancias el 30 de diciembre de 1991 cuando se dirigían hacia Albury, cerca de la frontera entre Nueva Gales del Sur y Victoria, donde habían quedado con unos amigos.
El 5 de octubre de 1993 se encontraron los restos óseos de dos autoestopistas, nuevamente en el bosque de Belanglo. La policía descubrió algunos casquillos de bala en los cuerpos, los cuales fueron identificados como los de James Gibson y Deborah Everist, ambos de 19 años y desaparecidos el 30 de diciembre de 1989 entre las localidades de Liverpool y Goulburn.
El 1 de noviembre de 1993 el sargento de policía Jeff Trichter encontró los restos de Simone Schmidl, de 21 años, una turista alemana que al igual que los dos jóvenes australianos, también figuraba como desaparecida. Se dirigía de Sídney a Melbourne, donde tenía que encontrarse con su madre en el aeropuerto, pero nunca llegó a la cita. El cuerpo apareció días más tarde. Presentaba numerosas heridas en el pecho realizadas, muy posiblemente, con un cuchillo de caza de gran tamaño.
El 3 de noviembre de 1993 dos cuerpos más fueron encontrados. Se trataba de una pareja de mochileros alemanes, Gabor Neugebauer, de 21 años y su novia, Anja Habschied, de 20, que habían sido vistos por última vez el 26 de diciembre de 1991. Al chico lo habían estrangulado y después recibió seis disparos en la cabeza. La chica había sido decapitada y le habían seccionado la médula espinal, además de presentar señales de haber sido agredida sexualmente.
Había pocas pruebas para seguir pistas fiables que condujeran al autor o autores de los asesinatos. La más válida eran los casquillos de bala que se encontraron en algunos de los lugares y los cuerpos hallados. Dicho calibre era del número 22 y correspondía a un rifle Ruger, muy común en Australia.
Al mismo tiempo se estableció una centralita y un número de teléfono para que cualquier ciudadano pudiera informar sobre algún dato que llevara a los investigadores a dar con el asesino o asesinos. Se recogieron miles de llamadas y se obtuvieron muchas pistas, varias de las cuales informaban de una extraña familia en la que algunos miembros eran fanáticos de las armas.
Pero fue una llamada en concreto la que dio un vuelco a la investigación. La persona que llamaba era un joven británico llamado Paul Onions, quien tras conocer el caso de los jóvenes asesinados a través de los medios de comunicación dio un dato revelador: en enero de 1990 se encontraba en Australia de viaje haciendo autostop cuando un hombre que se hacía llamar Bill y conducía un todoterreno paró y se ofreció a llevarle.
Según su testimonio, tras un rato de viaje Bill detuvo el coche y sacó un revólver con el que apuntó a la cabeza de Paul, mientras que con la otra mano sostenía una cuerda. Instintivamente Paul Onions salió del vehículo corriendo en zigzag, escuchando como silbaban las balas que pasaban junto a él. Paul corrió hacia un vehículo que circulaba por la zona, cuya conductora, Joanne Berry, detuvo el coche al ver la escena.
Tras oír el relato de Paul, las autoridades consiguieron recuperar el informe con la denuncia y le pidieron que viajase a Australia. Una vez allí le mostraron las fotografías de diversos sospechosos, momento en el que señaló a Ivan Milat como el responsable del suceso.
El 22 de mayo de 1994, una vez obtenido el permiso judicial, comenzó el operativo policial para registrar el domicilio y las viviendas de los Milat. En su casa se encontraron los componentes de un rifle Ruger con munición. Una vez en el laboratorio policial, se realizaron las pruebas pertinentes de balística con resultado positivo. Además en las fincas familiares se hallaron diversos objetos que pertenecían a las víctimas.
Las pruebas, principalmente las armas encontradas, resultaron clave para que los detectives llegaran a la conclusión de que Milat usaba los cráneos de sus víctimas para hacer “prácticas de tiro” una vez muertas, de ahí las múltiples heridas en la cabeza. La policía consiguió una orden de detención contra Ivan y un grupo de 50 agentes irrumpió en su casa y lo detuvo sin que mostrara ningún tipo de resistencia.
Tras su detención, Ivan Milat fue acusado de siete asesinatos y del intento de secuestro de Paul Onions, unos delitos que siempre negó. El 27 de julio de 1996, Ivan Milat fue declarado culpable de siete asesinatos y condenado a siete cadenas perpetuas, más otros 18 años de cárcel por intento de secuestro y asesinato.
Tras varios traslados debidos a altercados, intentos de fuga e incidentes varios, Ivan cumplió el resto de su condena en la prisión de Long Bay, hasta que le diagnosticaron cáncer de estómago y esófago por los que recibió tratamiento y cuidados en un hospital de Sídney. En una carta de tres páginas a The Sun-Herald, hizo una declaración final proclamando su inocencia. Murió el 26 de octubre de 1996 a los 74 años.
Víctimas
James Gibson y Deborah Everist, ambos de 19 años.
Simone Schmidl, de 21 años.
Gabor Neugebauer, de 21 años y Anja Habschied, de 20.
Caroline Clarke, de 21 años y Joanne Walters, de 22.
RECOMENDACIONES
Miniserie:
-Catching Milat, 2015.
Reportajes:
-'I survived a serial killer': Paul Onions on Ivan Milat (60 Minutes Australia).
-Australia worst serial killer: Ivan Milat’s family reveal his darkest secrets (60 Minutes Australia).
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