Madres malas

Actualizado: 1 may 2023

Madre no hay más que una, tu casa es donde está tu madre, amor de madre es incomparable... Todos hemos oído multitud de refranes sobre la bondad de las madres, esos seres de luz que nos cuidan y nos protegen desde nuestra más tierna infancia. Pero... ¿y si en vez cuidar a sus hijos una madre decide hacerles daño para llamar la atención?

En este episodio veremos algunos ejemplos de madres que sufren el síndrome de Munchausen, una forma de maltrato infantil en la que uno de los padres, normalmente la madre, simula la existencia de una enfermedad o provoca síntomas en el niño con el objeto de buscar atención médica.

Empezamos con Hope Ybarra, una mujer estadounidense enferma de cáncer y madre de tres hijas, de las cuales la segunda padecía parálisis cerebral y la tercera sufría fibrosis quística. Tras varios ingresos en el hospital, pruebas y operaciones, se detuvo a la madre por falsificar los datos de las enfermedades de las hijas e, incluso, mentir sobre el cáncer que ella misma decía sufrir.

Nuestra siguiente madre mala es Blanca Montano, quien en febrero de 2011 llevó a sus dos hijos al hospital porque estaban enfermos y presentaban síntomas parecidos a los de la gripe. Tras realizar las pruebas pertinentes se comprobó que ambos tenían la bacteria E.coli, y aunque el niño se recuperó enseguida, su hermana de cinco meses tuvo que ser ingresada en cuidados intensivos.

Durante los meses siguientes la niña sufrió el mismo proceso: en cuanto se recuperaba empeoraba otra vez. Los médicos, que empezaron a sospechar de Blanca, decidieron instalar una cámara en la habitación de la pequeña, gracia a lo que se descubrió que la madre inyectaba una sustancia en la vía de la niña. Tras la detención y posterior investigación se descubrió que se trataba de materia fecal.

Lacey Spears (sin ninguna relación con la familia de la cantante), era una madre soltera que afirmaba que el padre de su hijo Garnett era un policía fallecido en un accidente de coche. El pequeño sufría numerosas dolencias y tuvo que ser ingresado varias veces.

La madre llegó a abrir un blog titulado Garnett's Journey (http://garnettsjourney.blogspot.com/) para contar la historia de su hijo. Cuando tenía cinco años Garnett tuvo que volver a ser ingresado. Finalmente, tras sufrir un empeoramiento en su estado, se declaró su muerte cerebral el 22 de enero de 2016. Su madre le retiró el soporte vital al día siguiente.

Lacey fue posteriormente detenida, ya que gracias a las vídeos de las cámaras de seguridad se comprobó que inyectaba sal al niño a través de la sonda gástrica.

Seguimos con Kelly Renee Turner, que comenzó una campaña para recaudar dinero para su hija Olivia, quien supuestamente tenía una enfermedad intestinal rara. Tras realizar varias pruebas, los doctores comprobaron que la niña sufría problemas de nutrición. Kelly decidió llevarse a su hija a casa en contra de la opinión del equipo médico y semanas después la pequeña falleció.

En ese momento no se pudo demostrar nada, pero cuando Kelly llevó al hospital a su segunda hija porque tenía dolor en los huesos, las alarmas se dispararon. Tras la exhumación del cuerpo de Olivia y la realización de una nueva autopsia se logró por fin detener a Kelly.

El siguiente caso que tratamos es el de Marybeth Tinning, madre de nueve hijos, ocho biológicos y uno adoptivo. Ninguno de ellos llegó a cumplir los 5 años. La primera en fallecer, a los ocho días, fue Jennifer, la única que murió de forma natural (a causa de meningitis). A partir de entonces las muertes empezaron a sucederse de forma vertiginosa.

En vez de sospechar de lo poco normal de la situación, en el entorno de Marybeth se empezó a hablar de un “gen de la muerte”. Pero el matrimonio Tinning no solo no despertaba sospechas, sino que incluso se les permitió adoptar a un niño.

Por fin, tras nueve hijos muertos, la policía se decidió a investigar y arrestó a Marybeth, quien dijo que los había asfixiado porque "no se consideraba una buena madre".

Y por último tratamos el caso de síndrome de Munchausen más famoso de todos, el de Dee Dee Blanchard y su hija Gypsy Rose, nacida en 1991. Gypsy empezó ya a tener problemas de salud a los tres meses. Según su madre, la niña padecía leucemia, asma, distrofia muscular, problemas en la vista y un ligero retraso físico y mental.

Cuando aparecían en público, Gypsy iba en silla de ruedas, con la cabeza rapada, no muy arreglada y con una apareciencia excesivamente infantil. Dee Dee también se aprovechó económicamente de las supuestas enfermedades de su hija mientras seguía adelante con su farsa.

Pero como toda adolescente en la edad del pavo, Gypsy empezó a dudar de su madre y de todo lo que la rodeaba. Encontró una manera de conectarse y chatear por internet, pero después de un intento de fuga con un hombre mayor, Dee Dee le prohibió el acceso a las redes.

A pesar de todo Gypsy encontró la forma de seguir navegando y conoció a Nicholas Godejohn, un chico con síndrome de Asperger que se enamoró de ella y con quien empezó una relación virtual.

En 2015, Dee Dee apareció muerta en su casa. El descubrimiento se produjo cuando en su Facebook apareció el mensaje “esa zorra está muerta”. Inmediatamente sus conocidos se pusieron en contacto con la policía, que la encontró sin vida tras haber recibido 17 puñaladas.

Pero como los asesinos no eran muy avispados, dejaron la localización del mensaje de Facebook activada, lo que llevó a la policía hasta Nicholas y Gypsy, los autores del crimen.

Como siempre, en el podcast dedicado a estas madres tan especiales podréis conocer estas historias con más detalle. Escúchadnos y decidnos qué os parecen nuestros casos de hoy.